Migas extremeñas

Después del amplio paréntesis vacacional comparto con todos y todas los platos tradicionales extremeños que durante la estancia en mi pueblo he cocinado, con la intención de incluirlos en mi blog.

He contado para su elaboración  con la calidad extraordinaria de los productos de la tierra y con los consejos de mi madre, tías y amigos.

La degustación de los mismos y el ambiente festivo de las fechas han contribuido a hacer las delicias de mi familia y a rememorar mi infancia.

Eran desayuno de pastores principalmente durante el invierno. En la actualidad son tan populares que no faltan en las fiestas y en las cartas de los mejores restaurantes, para degustarlas a cualquier hora del día.

Como desayuno, acompañadas de café o chocolate, me encantan.

Ingredientes

• 500 gramos de pan de dos o tres días
• 7 dientes de ajo
• 100 gramos de tocino fresco veteado
• Aceite
• Una cucharadita de sal
• Un vaso de agua

Elaboración

• Cortamos el pan en láminas muy finas (migamos).

• Disolvemos la sal en el agua y con ella humedecemos las migas de pan, regándolas uniformemente con la mano o con la ayuda de un colador de agujeros. Las tapamos con un paño y las dejamos dos o tres horas para que se impregnen de forma uniforme.

• Cortamos el tocino en tiras pequeñas y lo reservamos.
• Pelamos los ajos, los cortamos en trozos grandes y también los reservamos.

• En un recipiente hondo (perol en Extremadura) ponemos aceite hasta cubrir el fondo un centímetro aproximadamente y freímos un poquito los ajos. 

• Añadimos el tocino y damos vueltas hasta que los ajos y él estén ligeramente dorados. Sacamos y reservamos.

• En el aceite incorporamos el pan humedecido y con una espumadera damos vueltas deprisa para que quede impregnado de forma uniforme.

• Cocinamos a fuego medio sin dejar de revolver, golpeando suavemente con el borde de la espumadera para que queden sueltas.

• Pasados unos diez minutos agregamos el tocino y las dejamos  cinco minutos más.

• Deben quedar  muy suaves.

NOTA

Durante la preparación podemos regarlas con un poquito más de agua si observamos que están secas.